Sucede que cuando entra en vigor una prohibición siempre hay reajustes, descontextualizaciones, adaptaciones, oportunistas, obsolescencias y en definitiva, transcurre en todo su esplendor el regalo de la transformación desnuda.
Con el tema de los cigarrillos me vienen a la cabeza las empresas de instalación de setas caloríficas para las terrazas, customizaciones para la habitabilidad de los ahora no tan urgentes retretes,...y por supuesto, los ceniceros.¿ Qué coño hacemos con los ceniceros? Para que pueden servir si no es para dejar sobre ellos las colillas??? Podrían rediseñarse para algún tipo de tapa inventada a tal efecto, que contuviese canela en lugar de nicotina, y se comiese como un barquillo acigarrado???
Nun sé, pero algo habrá que hacer...
Lo de tiro al platillo/cenicero con dispositivos láser tampoco estaría mal para amenizar entre copa y copa.
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