domingo, 13 de junio de 2010

EL STOP-O-GRAFO o STORY-BOARIZADOR

Obsesionado con la paralización, con extraer un espacio de un tiempo; de un proceso que obvia el encuadre puntual y eterno.
Suelo ver los dibujos animados con mi hijo; sobretodo Bob Esponja y la Liga de los Superhéroes. Y estoy maravillado. Me chiflan, me quedo hipnotizado con cada fotograma. Tanto es así, que suelo olvidar el hilo narrativo para zambullirme de lleno en cada encuadre. Todo se queda en silencio entonces. Son auténticas obras de arte. Y hay muchísimos. Y seguidos uno detrás de otro...!
De vez en cuando le hago fotos a la tele a ver si pillo algo de lo que voy captando. Me gusta fragmentar la película, otorgarle todo su valor a cada fotograma enmarcándolo para siempre en mi cerebro; diseccionándolo todo por partes como lo haría un meticuloso Mr.Hyde sobre el sofá que decide ir al nacimiento del río visual, a por los salmones y en sentido contrario al torrencial caudal de imágenes.
Pienso en el cinematógrafo, en la grafía en movimiento y justo en todo lo contrario, en el otro sentido, en la grafía en movimiento detenida, en el instante eterno que acumula movimiento con un antes y un después incluído en sí mismo, en ese trazo paralizado que lleva una estela y un rumbo marcados en el instante preciso captado al vuelo.
Y entonces le pongo un nombre a este artefacto instalado en la córnea y con el cual se pueden editar las películas al revés para poder hacer luego una exposición de cuadros desplegados hacia el otro lado del televisor:
EL STOP-O-GRAFO o STORY-BOARIZADOR









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